Los pernos utilizados en neumáticos para conducir durante el invierno, poseen un pin de carburo de tungsteno encerrado en una cámara cilíndrica de metal, que se parece a un clavo de carpintería pequeño. Usualmente se introducen de 80 a 100 pernos en un neumático, estos son insertados en pequeños agujeros moldeados en la superficie de la banda de rodamiento.
Usualmente se lubrica la superficie del neumático (una mezcla de jabón, 2%, y agua, sería ideal), para facilitar la instalación. Una herramienta especial se introduce en el agujero del molde, expande el caucho, inserta el perno en el fondo del agujero y se retracta. Una vez insertado el perno, el caucho alrededor, comprime su cámara cilíndrica, para mantenerlo en su posición.
Debido a que toma cierto tiempo al lubricante para evaporarse y al caucho para comprimirse con seguridad alrededor del perno, los neumáticos con pernos nuevos deben pasar por un pedido de adaptación.
Se recomienda manejar relativamente despacio 50 km/h (31 mph), sin acelerar rápido, tomar curvas agresivamente o frenar con dureza; por 100 kilómetros (62 millas), para permitir que el perno se coloque correctamente. Algunos fabricantes de neumáticos, también recomiendan no exceder 100 km/h (62 mph) por los siguientes 400 kilómetros (248 millas). Esto permitirá que el lubricante se evapore y el caucho se ajuste a la forma del perno.
Nota: Neumáticos normales con pernos no son recomendados para su uso a velocidades elevadas, ya que el perno se desgastará con mayor rapidez y se incrementa la posibilidad de que sea expulsado.
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