Los neumáticos son construidos con una mezcla especial de caucho reforzados con lonas de cordones de telas y cables de metal. Los compuestos de caucho pueden ser estirados con facilidad, mientras que las lonas de tela y los cables de metal, definen la forma del neumático, por su capacidad limitada de estirarse. Para unir estos diferentes materiales, los cordones y los cables son cubiertos con adhesivos y/o caucho, antes que los otros materiales se unan a ellos durante la vulcanización.
La unión entre estos materiales debe ser muy fuerte para proporcionar la durabilidad deseada. Sin embargo, esta fortaleza puede ser reducida debido a: 1) cualquiera de los componentes son contaminados durante el proceso de fabricación (la adhesión resulta incompleta), 2) daño de los componentes durante el uso del neumático, ya sea, por falta o exceso de aire, impacto por baches, aceras o cualquier otro objeto peligroso en la carretera que pueda pinchar o estirar el caucho, más allá de los limites de los cordones y cables ubicados por debajo de la banda de rodamiento.
La experiencia indica, que separaciones o burbujas en los flancos, debido a contaminación de los componentes o una unión incompleta durante el proceso de fabricación, aparece dentro de los seis primeros meses de uso. Afortunadamente, estas separaciones o burbujas aparecen en tamaños pequeños y antes de que la fortaleza del neumático, se reduzca sustancialmente. Sin embargo, una rueda gira aproximadamente 800 veces en una milla y la presión de aire dentro del neumático es mayor que afuera, separaciones o burbujas que no son identificadas o ignoradas continuarán creciendo, lo cual, provoca un reducción de la fortaleza, genera ruido y vibraciones y el neumático, finalmente colapsa y se estira debido al peso soportado (efecto similar al doblar un clip repetitivamente hacia arriba y abajo hasta que se debilita y rompe). Es importante recordar que, además de las separaciones o burbujas, que aparecen al principio de la vida Útil del neumático asociadas con condiciones de fabricación; un impacto con un bache o acera puede dañar el neumático y el aro o rin.
Si el daño es suscitado por impactos de objetos en la carretera, puede tomar semanas o inclusive meses, antes de que la separación o burbuja sea visible. Infortunadamente, al momento que esto sucede el conductor habrá olvidado, cuando ocurrió el impacto.
La variedad de causas posibles por el daño, hace necesario inspeccionar el neumático mientras esta montado en el aro o rin (algunas veces el aro muestra daños en el área adyacente a la separación o burbuja), en otras ocasiones se debe desmontar el neumático para inspeccionar la parte interior minuciosamente. Algunas veces, inclusive, el neumático debe ser devuelto a un centro de inspección del fabricante, para su evaluación y poder determinar la causa del daño.
A pesar, que los neumáticos con flancos largos, pueden ser dañados por impactos severos, en baches profundos o aceras puntiagudas; los neumáticos con flancos angostos, montados en rines con diámetros grandes, son más susceptible este tipo de daños. Conductores de vehículos con neumáticos de flancos angostos, deben hacer un esfuerzos para evitar baches, aceras u objetos peligrosos encontrados en la carretera.
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